Monday, January 3, 2011

Piso 6 (Un cuento?)

Piso 6:
Mientras descendía podía sentir que el aire estaba húmedo, era un día templado, sin sol, típico día en el cual las pacientes personas pierden su paciencia y salen a los bares acompañados de sus amigos o amigas a tomar cerveza fría.
No iba a ser un día normal, lo supe inmediatamente. Apenas llegué tenía en el e-mail inbox sólo mensajes de paz, es decir, mensajes que me decían que todo estaba en orden, como si alguna vez hubiese entendido el porqué de la maldad y la entropía de las cosas y hoy hubiese estado todo en calma. Nunca supe si colaboré a ordenarlas, o si caprichosamente la maldad antedicha hubiese conjurado contra mí, jugándome una nueva broma.

Piso 5:
Al señor Velazco apenas si lo conocía, se había empeñado en venderme un seguro de vida, yo lo ahuyentaba diciéndole que nadie tenía asegurada la vida, sólo algunos personajes de historieta que se pretendían inmortales, para el resto de nosotros era simplemente la negación de la muerte lo que nos hacía sentir vivos, vivos.
Siempre supe que Velazco era infeliz, siempre con una sonrisa de dealer, con una personalidad minada con las ciento cuarenta y seis horas de entrenamiento corporativo para tratar, capturar y retener clientes. Era un hombre bueno, pero tanto insistieron en doblegar su personalidad para convertirla en un vendedor normalizado que a la larga parecía que el hombre ofrecía su amistad dependiendo el nivel del sueldo del amigo de turno. Creo que es injusto lo que hicieron con él, nunca pudo gritar la estafa que él sabía que vendía, engatusaba gente para llevar el oro a la corona, en su puesto nunca recibió si quiera un cubículo con ventana y teléfono directo.
El caso es que Velazco pudo verme esa mañana, atrás de su careta, traje azul con pin corporativo balbuceó algo como un saludo, al que respondí con cortesía de ascensor.

Piso 4:
Nunca nada pasa en el piso 4. ¿Será que nadie vive allí? ¿O será que están encerrados esperando que alguien venga a buscarlos? Hace años que paso por allí y nunca nunca sucede nada.

Piso 3:
Administración. Como siempre estaban ocupados. Están tan orgullosos de su edificio que seguramente desde hoy tendría problemas con ellos. Nunca he tenido nada contra ellos, hay un arquitecto, un ingeniero, guardias de seguridad, creo que hacen todo a la medida de sus egos, un edificio reluciente, quizás reflejen en él lo que no pueden reflejar en sus patéticas vidas. Hay edificios famosos, algunos por su belleza y otros por los eventos que protagonizaron, cuando era chico mataron a Lennon al frente del edificio Dakota en Nueva York, ese día me acuerdo que me pregunté que clase de pelotudo podría hacer algo así, hace poco vi un documental la cara de ese imbécil, creo que en un momento se sentía Dios, es decir a decir de Niestche, un don nadie.

Piso 2:
¿Porqué mi ex jefe estaría en el piso 2? ¿Qué habría ido a buscar? Me extrañó tanto que hubiera detenido mi viaje si la gravedad me lo hubiese permitido. Eduardo, ese era su nombre, era un tipo pobre, es decir, en realidad un pobre tipo. Padecía de la pobreza más paupérrima de todas, la miseria. Nunca terminé de entender porqué era tan miserable, ni siquiera disimulaba ser así, si hasta se sentía orgulloso. El caso es que Eduardo estaba allí, esperando, esperando ser atendido por la oficina de créditos que allí operaba. Me enteré que su empresa había quebrado y se encontraba en bancarrota, nunca he deseado el mal a nadie, pero creo que lo tenía merecido.

Piso 1
Todo se acelera, apenas si tengo tiempo de despedirme, apenas si tengo tiempo de arrepentirme. Me arrepentiré? Dicen que los condenados buscan a Dios en el último suspiro, pero yo insisto en negarlo. Me acuerdo de la señora que rezaba sobre el cajón de mi viejo, si el ruso hubiese escuchado, seguramente le hubiese dicho una guarangada, y al hacerla callar hubiera dicho "El diablo es un culiado", como una loa irresponsable al todopoderoso.


Planta Baja
Siento el golpe, un ruido increíble que viene de la base del cráneo. Instantáneamente no siento las manos ni el cuerpo, pero puedo escuchar gritos e inclusive puedo ver la gente caminando a lo lejos, regida por un semáforo autómata.
Ya es tarde, mañana aparecerá la noticia del tipo que se tiró del Piso 6. No creo que pueda leerla.